La chica nos dijo cuántas
veces había que lavarse los dientes, unas tres o cuatro vecesal día estaría bien.
Luego, pidió dos
voluntarios, que se ofrecieron, para que les echase un líquido
morado que detectaba la placa bacteriana. Tú te lo echabas y te lo repartías
por toda la boca; si te lo echabas y la boca estaba limpia, en vez de ponerse
de color morado, se quedaba blanco.
Y, al final, nos dio
dos cepillos: uno sin caja (sólo cepillo; y otro con caja (pasta, el cepillo y
un reloj para estar dos minutos lavándoselos dientes)